Por Lee Meters, Group Business Development Director de Domino Printing Sciences y Constantino de Llano, Director General de Domino Printing México
Los equipos de codificado, como parte del proceso de producción deben evolucionar y ofrecer al fabricante nuevas alternativas que faciliten el control de la producción y brinden valores agregados.
En un estudio de mercado realizado por Domino Printing, encontramos que los fabricantes de productos de consumo enfrentan los siguientes retos:
- Rotación de personal:
. Operación intuitiva.
. Multiidiomas.
. Interfaz estándar para todos los codificadores.
Prevención de errores:
. Integración total con sistemas ERP.
. Interconectados a sistemas de inspección automática.
. Sistemas de control superior.
- Frecuentes cambios de producto:
. Integración que reduzca los tiempos de cambio de presentación.
. Nuevas tecnologías que permitan el acabado del empaque en línea (al momento de producir).
. Reforzar su marca.
. Administración de datos.
- Costos y eficiencia:
. Para algunos clientes, sigue siendo el precio de la impresora:
. Líneas que operan todo el tiempo —imperativo eliminar los paros.
. Los clientes quieren reducir sus costos cada año.
. Equipos libres de mantenimiento.
Sustentabilidad y seguridad:
. Fuertes inquietudes de seguridad y medioambientales del consumidor.
. Cambios en los materiales de empaque.
. Personalización, respondiendo a los cambios de comportamiento del consumidor.
Asimismo hemos encontrado, trabajando en equipo con nuestros clientes, las siguientes soluciones. Algunas de ellas ya en funcionamiento y otras mostrando claramente las perspectivas en el codificado.
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A continuación, mostramos algunas de estas tendencias clasificadas en cinco grandes apartados.
Tendencias de conectividad: de la impresora independiente a la multiconexión
Lejos han quedado los días en que con colocar una impresora de chorro de tinta a un costado de la línea de producción era suficiente para resolver prácticamente la totalidad de las necesidades de codificado. Hoy, nuestro estudio de mercado revela que 50% de los usuarios de equipos de codificado, de alguna manera, ya está conectado a algo más (llenadora, computadora, etiquetadora, etc.) y se espera que para 2020 llegue al 80%. En los siguientes cinco años, se requerirá que cualquier equipo de codificado cuente con Ethernet, WiFi, BlueTooth y/o conexión 3G/4G.
Centralización del control: ya existen varias alternativas de software para el control centralizado de todos los equipos de codificado de una planta, mediante conexiones Ethernet, el viejo RS-232 o RS-422, y se espera que en los siguientes años se definan protocolos y sistemas de control bajo un solo estándar que permitan operar con diversas marcas y modelos de codificadores simultáneamente.
Los sistemas de cómputo: cada día con mayor frecuencia los fabricantes solicitan conexión directa del codificador al ERP. Esto permite no sólo enviar con precisión el mensaje a imprimir y el número de los mismos, sino obtener información en tiempo real de inventarios en proceso y de productos terminados. Las ventajas que esto brinda a los clientes son innumerables y rompen la barrera entre producción y administración, brindando grandes oportunidades de optimización.
Finalmente, la interconexión a otros dispositivos de producción, tales como básculas o sistemas de visión, ya es una realidad y se espera una adopción mucho mayor.
Tendencias en el hardware
Dada la constante presión que tienen los fabricantes en reducir precios y aumentar su eficiencia, los codificadores del futuro deberán ser mucho más eficientes tanto en el uso de consumibles, como en velocidad de producción. Aunque los codificadores disponibles en el mercado hoy en día tienen un consumo de solventes, aditivos y tintas muy inferior al de hace tan solo una década, podemos esperar innovaciones que permitan la reducción en el consumo de los mismos.
Asimismo, los fabricantes al optimizar sus líneas de producción, prefieren operar con menos líneas, más rápidas y eficientes. Lo que se hacía con diez líneas antiguas hoy se podría hacer con dos líneas de alta eficiencia, multipresentaciones. Los codificadores deben estar a la par de estos desarrollos y brindar mucha mayor velocidad de impresión y flexibilidad.
Por otro lado, nuestro estudio indica que en los siguientes cinco años, habrá un importante cambio en la forma en que se interactúa con los equipos de codificado. Vemos mucho menor interacción directa a través de una interfaz dedicada en el equipo y una preferencia a operarlos desde dispositivos remotos, que pueden ir desde un celular, una tableta hasta sistemas de gestión centralizados, ya sea de control de codificadores, o desde un ERP. Se espera que para 2020, uno de cada cinco usuarios prefiera operar su equipo de codificado desde un smartphone.
En cuanto la forma de codificar, la variedad de tecnologías disponibles para codificar se ha ampliado y continuará ampliándose. De operar con impresoras de chorro de tinta (ink Jet), ahora se tiene láser, impresión por demanda de gota, termo ink jet, termo transferencia y otras. Tan solo como ejemplo, en láser ya se comienza a emplear —en productos de consumo— láseres de estado sólido que permiten imprimir en metales (latas) y algunos plásticos que tradicionalmente el rayo láser generado en tubos de CO2 no marcaba. Estos dispositivos, muy usados en la industria automotriz, por ejemplo, requieren de mayores medidas de seguridad, pero una vez implementadas son de altísima eficiencia y tienen un tiempo promedio entre fallas (MTBF, por sus siglas en inglés) mucho mayor, lo que redunda en mucho menos paros de producción.
Tendencias en el servicio
Los equipos deberán ser de alta eficiencia, con mucho mayores tiempos entre fallas (MTBF), de preferencia libres de mantenimiento y con capacidades de diagnóstico, configuración y hasta servicio remoto.
No existe equipo 100% libre de mantenimiento; sin embargo, sí se pueden simplificar los mantenimientos preventivos. Los equipos deberán ser mucho más robustos y contar, como ya se ha explicado, con conectividad que permita su intervención remota.
Como ejemplo, ya hay un fabricante que ofrece equipos de chorro de tinta (ink Jet), libres de mantenimiento preventivo. Lo que fuera un proceso de limpieza, cambio de filtros y válvulas que demoraba cuatro horas, ahora se hace en forma anual y por el mismo usuario al cambiar un cartucho. Un proceso que no requiere herramientas y que demora quince minutos. Dicho proceso es anunciado con anticipación por la impresora, con el fin de que el usuario tenga tiempo de adquirir dicho módulo y cambiarlo en un paro de línea programado o en el cambio de turno.
Otras tecnologías, como la impresión con láser, además de no requerir mayores consumibles que los filtros de aire para evitar contaminar con los polvos y humos que genera la abrasión de materiales al contacto con el rayo láser, por su misma naturaleza y baja cantidad de piezas móviles requieren muy bajo mantenimiento.
Finalmente, en termo ink jet con cada cambio de cartucho de tinta se hace un cambio de cabezal y con ello prácticamente todo el mantenimiento. Estos equipos resultan muy útiles en ubicaciones remotas donde hacer llegar un ingeniero de servicio puede ser lento o complicado. Esto sin dejar de mencionar la magnífica resolución de impresión que ofrecen este tipo de impresoras y que para iniciativas de trazabilidad pueden ser fundamentales.
Tendencias en la trazabilidad
Ya existen algunas iniciativas para el control de algunos productos. Por ejemplo, en Estados Unidos, desde enero de 2015, entró en vigor “The Drug Quality Security Act (DQSA)”. Se trata de una legislación que busca crear un sistema electrónico de rastreabilidad para los medicamentos. Todos los medicamentos que se expendan en ese país deberán contar con un código de dos dimensiones y ciertas leyendas que permitan registrar el camino que sigue un medicamento hasta llegar al paciente.
Este tipo de iniciativas fácilmente se exportarán a otros segmentos. Por ejemplo, los grandes fabricantes de la industria de los alimentos pueden reaccionar a alarmas sanitarias replicando el riguroso sistema de control de calidad y la trazabilidad del sector farmacéutico. Basta con ver el Food Safety Modernization Act que el gobierno de Estados Unidos a través de la FDA está implementando para tener una idea de los cambios por venir, especialmente para los exportadores a dicho país.
Contar con elementos de trazabilidad mediante la serialización también ayudará en industrias altamente susceptibles a la falsificación. Por ejemplo, los licores, perfumes, autopartes de reemplazo. Podemos esperar la implementación de este tipo de sistemas, en que se combinan las capacidades del codificador con bases de datos y sistemas de gestión, en éstas y muchas otras industrias.
Las iniciativas de trazabilidad no necesariamente provienen de los gobiernos, pueden ser voluntarias. Por ejemplo, en el Reino Unido, hace unos años hubo una alarma sanitaria en torno a los huevos. Inmediatamente, los productores y comercializadores, por su propia iniciativa, decidieron imprimir un código en cada huevo fresco que se introducía al mercado. No fue una medida gubernamental, sino la iniciativa de los mismos fabricantes.
En todos estos casos se esperaría la definición de estándares no sólo nacionales, sino al menos regionales y de preferencia mundiales. La labor que organismos como GS1 desarrollen en los siguientes años será fundamental para la estandarización de métodos y formatos, y con ello se pretende lograr mucho mayor productividad o eficiencias.
Tenencias financieras
No sólo debemos esperar reducciones en los precios de los equipos y en el uso de consumibles. Se percibe una fuerte tendencia por parte de los fabricantes a dejar de adquirir activos y en lugar de ello rentarlos. Esquemas como arrendamiento con servicio y consumibles incluidos ya son comunes y con mayor frecuencia lo solicitan las empresas. La lógica detrás de esto es que si hay una evolución en las tecnologías de codificado, lo ideal es no estar atado a un activo con periodos fijos de depreciación y en su lugar contar con esquemas flexibles de arrendamiento. Mucho de esto influenciado por la industria de cómputo, en que las empresas han preferido arrendar equipos de cómputo y quitarse de problemas de renovación de flotilla de computadoras, mantenimiento, etcétera.
Asimismo, se observa una fuerte tendencia a buscar asignar un costo claramente definido por codificado a cada producto producido, por lo que en los siguientes años podemos esperar esquemas de cobro tipo pago por impresión, donde el fabricante paga una cantidad fija por millar producido, bajo una garantía de disponibilidad de equipo, sin importar ya con qué equipo o tecnología se haga dicho proceso. Es decir, tercerizar por completo las actividades de codificado.
Conclusiones
Los equipos de codificado son considerados como equipo secundario de producción; sin embargo, forman parte esencial de la línea de producción. No sólo pueden o no detenerla o hacerla poco o muy eficiente. En los siguientes años serán parte fundamental del proceso productivo, y así lo consideraron 2/3 de nuestros encuestados. Podrán aportar mucho mayor valor al interconectarse con los sistemas de la empresa recibiendo y brindando información en tiempo real y participando como pieza fundamental en iniciativas para el control del origen (desde el origen de los ingredientes que los constituyen), el proceso de manufactura (qué línea, cuándo y por quiénes), y su distribución, mediante el empleo de códigos legibles para máquinas como el de barras o de dos dimensiones que se puedan registrar a lo largo de la cadena de distribución.
Ciertamente vienen tiempos muy interesantes en que la innovación será la constante y donde los incrementos de productividad serán espectaculares.
